Las
miramos volar o posadas y admiramos, el diseño de su figura para el vuelo, la
variada formas y colores de sus alas, o el atrevimiento al acercarse a el mundo
de los hombres.
Las
aves que viven en libertad en nuestro entorno, en buena parte son conocidas por
nosotros, somos capaces de identificarlas al menos con su nombre popular y nos congratulamos
de respetarlas, aunque no siempre ha sido así.
En
épocas difíciles, todo servía para matar el hambre. De ahí nos ha llegado el
dicho “todo lo que vuela, a la cazuela”, aunque este tipo de muerte no lo
podamos considerar como “accidental”.
Ahora
la sociedad intenta protegerlas, a las grandes rapaces para evitar su extinción
en una zona, a las temporales de migraciones para que siempre encuentren el
ecosistema que necesitan, a las pequeñas por su diversidad, etc.
Las
normativas creadas para su protección son en su mayoría debido a las
conclusiones de los trabajos de investigación que se han venido realizando para
descubrir los motivos por los muchas aves mueren de forma accidental. Los
estudios y las leyes van formando nuestra concienciación ciudadana.
Su
capacidad de volar nos hace pensar que están fuera del peligro. ¿Será posible
que sin embargo muchas de ellas mueran de forma accidental debido a la
actividad humana? ¿A qué actividad nos referimos?
Nuestra invitada es Manuela de Lucas, investigadora de la Estación Biológica de Doñana-CSIC, especializada en estos
temas.
-
M. d. L. “Desde que nosotros empezamos a
vivir y sobre todo en ciudades necesitamos vías de transportes, tendidos
eléctricos, edificios grandes, y todo eso interfiere en la vida diaria que
llevan las aves. Y en muchos casos supone un peligro para ellas ocasionándoles en
muchas ocasiones una muerte accidental, porque no se hace de una forma
consciente. A día de hoy sabemos que pueden sufrir colisiones con edificios que
son altos, con rascacielos, con edificios de dos o tres alturas, con los
cristales. Sufren colisiones y electrocuciones con los tendidos eléctricos,
sufren atropellos en las carreteras, sufren muertes por colisión en los parques
eólicos. Otra causa es el veneno, que se pone el campo de forma para controlar
una serie de poblaciones como zorros (aunque esto está prohibido) y pueden
afectar a las aves, por ejemplo un águila o un buitre, que pueden ir a comer del animal
muerto y también mueren.
...Los
gatos asalvajados son la principal fuente de pérdida de biodiversidad en el
mundo. Aunque parezca increíble son animales con un instinto muy cazador y se
ha visto según estudios en Norte América y en Europa que cazan muchísimos pájaros
y suponen la principal pérdida de biodiversidad por encima de cualquier otro,
incluso de la contaminación o el cambio climático”
“Se
necesitan normativas y también Educación”
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