Cuando los pequeños abren los cajones para ver
qué es lo que hay y qué se puede hacer con ello, cuando en el baño les gusta salpicar de
agua, o llenar cuencos para vaciarlos, o aprietan la esponja para sacar el
agua, están explorando. Están indagando sobre lo que sucede, y cuando
mezclan la plastilina o los lápices de colores, quieren saber qué es lo que pasa. Cuando
soplan a través de un tubo, o sobre las hojas secas de los árboles van
descubriendo la textura, la absorción, el peso, la fuerza.
A veces nos hacen preguntas sobre cosas que no
sabemos responder, sobre las estrellas, sobre la lluvia, sobre el calor. Ellos y ellas se interesan en saber, tienen curiosidad. Y podrían estar un buen rato dando vueltas y
vueltas a una rueda poniéndole diferentes objetos para frenarla. Investigan de
forma natural.
¿Por qué llega un momento en el que ya no se
interesan? Les hemos cortado la curiosidad. No tienen que indagar ellos sobre
cosas que no sirven, solo tienen que atender a lo que su maestra o maestro les
diga que vayan haciendo. Pero esto tiene un problema: lo que su maestro les
dice que hagan viene en un libro y no es algo que le provoque curiosidad.
¿Sirve la curiosidad para los niños y niñas para
aprender o es una molestia para los adultos?
¿Están organizadas las aulas para provocar el
interés en los pequeños por explorar?
¿Cómo podemos facilitarles la exploración de su
mundo?
¿Cómo podemos abrirles la puerta hacia la
indagación?
Nuestros invitados han sido:
- Mark A. Hunt Ortiz, decano del Colegio de Licenciados de Sevilla y
Huelva.
- Moisés María Roiz Lafuente, director de CaixaForum
- Josep Corominas Viñas, es licenciado
en ciencias químicas por la Universidad de Barcelona, ha sido
profesor de Física y Química en la Escuela Pía de Sitges. Premio Salvador Senent: "Viaje químico a las
atmósferas de los planetas del sistema solar. Una propuesta de aprendizaje
contextualizado de la Ciencia"
- Francisco Lopez Moreno, profesor del IES Príncipe
de Asturias de Sevilla.
- Constancio Aguirre, profesor de la facultad de
Ciencias de Cuenca
M.M.
R. – “Cuando empezamos Caixaforum hace diez meses, uno de nuestros retos fue
ayudar en el entorno en el que abrimos nuestras nuevas puertas, esa nueva puerta
a la cultura, ayudar a que ese entorno también tuviera más oportunidades al desarrollo. (...) Nosotros pretendemos crear una sociedad mejor y más justa dando más
oportunidades a las personas. Esa misión la llevamos a todas las acciones que
hacemos, y, dónde mejor dar oportunidades que desde la educación, en esos
primeros momentos de estímulo al desarrollo. Por eso para nosotros es un placer
trabajar con este equipo de profesionales
y con todos los docentes para seguir creciendo en ese desarrollo de la
enseñanza de las Ciencias”.
F.
L. –“La propuesta es trabajar en torno a problemas socioambientales relevantes,
porque el libro ya sabemos como funciona y el papel del profesor cúal es que
suele ser normalmente pues un tema, después otro tema, de forma inconexa, pasa
por una materia, entonces la organización en torno a problemas vimos que en la
zona en la que trabajamos, Torreblanca, era necesaria. Un determinado modelo
tradicional, con todas sus carencias, en una zona socialmente favorecida, las
familias suelen compensar esa deficiencia porque un entorno cultural le ayuda con
las tareas, con los deberes, si tiene alguna duda se la expone al profesor, y
el alumnado de alguna forma, le interese o no, en ese entorno suele continuar
sus estudios; en la zona en la que estamos, tenemos que plantear un modelo
alternativo ya que las familias no pueden colaborar porque con ellos tampoco
colaboraron, el entorno cultural es bajo y entonces lo que ocurra tiene que
ocurrir en el aula. El milagro se tiene que producir ahí”.
C.A. - “El nuevo profesorado
cuando llega a los centros se encuentran con que los profesores de los centros
a los que van ya tienen unas rutinas preestablecidas. A veces es difícil que
ellos puedan romper con esas rutinas, primero porque son nuevos y tienen miedo a
romper o a enfrentarse con sus compañeros más antiguos que están ya en su zona
de confort. Últimamente se ha pensado que simplemente poniendo ordenadores o
tabletas o pizarras digitales se supone que se han modernizado y no es
solamente el hecho de los recursos tecnológicos que se tengan sino también el
uso de una metodología participativa que involucre más a la relación alumno
< >profesor y entre los mismos alumnos”.
M.A.
H. –“Uno de los fines del Colegio profesional es la formación de los colegiados
y es una línea de actuación permanente a través de estas jornadas y de otras
muchas que organizamos cada año. En este Colegio de Sevilla y en todos los de
España.
Yo
soy docente y sé de la importancia de la formación continua y la importancia
de ser consciente de que hay que probar cosas, hay que estudiar para saber
enseñar. Yo creo que estas Jornadas, quizás con un poco de más tiempo para
poder convencer a todo el profesorado hubiera sido importante”.
J.C.
–“He colaborado mucho con los profesores de Infantil y Primaria, no solo en mi
escuela sino también en cursos de formación y hemos detectado que existe una doble manera de pensar del estudiante: Una
cosa es el mundo real que existe de la calle, de su casa, de los juegos… y la
otra es el mundo, que parece una cosa extraña, que se produce en el aula, donde
normalmente no hay una conexión entre una cosa y otra. El interés de la mayor parte
de lo que yo he trabajado consistía en realizar esa conexión entre estos dos
aspectos de los intereses de los estudiantes”.
Un
programa riquísimo por la variedad y la validez de todos los que han
participado desde sus vivencias. Ponemos el broche uniendo dos de las muchas
frases valiosas:
Hay que hacerles atractivo y útil su aprendizaje para construir una sociedad mejor
Hay que hacerles atractivo y útil su aprendizaje para construir una sociedad mejor