La
Lengua, la forma de expresarnos, es un instrumento que tiene mucho poder.
Hoy en día, lo vemos a diario, el dominio de los discursos para debatir y
argumentar es, sin lugar a dudas, la posibilidad de sugestionar y manipular el
pensamiento del interlocutor hasta llegar a convencerlo. Lo vemos en los medios
de comunicación, en los discursos, en los mítines, en la forma esquemática de
usar el lenguaje de los carteles y panfletos. La Lengua como uso simbólico de
sentimientos, nos seduce, nos enternece, nos endurece o nos eleva.
La Lengua también es conocimiento, y
este conocimiento nos lleva a comprender la necesidad de su aprendizaje, y el
sentido de su uso.
La Lengua es fácil de enseñar porque
está diseñada con unos parámetros fijos, inamovibles que difícilmente se
modifican. Es pues fácil para los docentes pero poco atractiva para el
alumnado. Podría decirse que es aburrida porque no se interactúa con ella. Para
hacerla entretenida se trataría, no de estudiarla, de analizar palabras u
oraciones, sino de manejarla, tratarla, inventarla, reconvertirla, esto es,
interiorizarla.
Para llegar a ello solo una
metodología innovadora para la enseñanza de la lengua puede hacer que no solo
los alumnos la sientan viva, sino que disfruten de sus infinitas posibilidades,
la comparen con otras y descubran su inmenso poder.
Los invitados de esta tarde han sido:
-
Juan Pablo Mora Gutiérrez, profesor de Lingüística General en el Departamento
de Lengua Española, Lingüística y Teoría de la Literatura de la Universidad de
Sevilla.
-
María Fernández Canseco, alumna de 4º de Filología Hispánica.
J.P.M.-
“Tenemos la idea falsa de que el profesorado tiene un conocimiento y ese
conocimiento tiene que verterlo como un liquido a la mente de los estudiantes
como si estuviera vacía y la verdad es que cada estudiante parte de un lugar
distinto y tiene una serie de conocimientos previos. Lo que un docente tiene
que hacer es conocer de donde parte su alumnado, saber a dónde quieres que
llegue y es el alumnado el que tiene que construir su propio conocimiento. Hoy día,
lo que se defiende y las nuevas tecnologías nos permiten hacer esto mucho mejor
es que el profesorado no debe de estar en el aula impartiendo conocimientos,
sino que lo que tiene que hacer es organizar actividades donde el alumnado sea
el que hable, el que presente, el que indague, investigue, y el profesorado
está para ir guiando en ese proceso. La idea es que el alumnado debe estar
haciendo las cosas mas elevadas y el profesorado tiene que estar guiando y
evaluando”
M.F.-
“Intento que mis alumnos no sean parte del colectivo fantasma. Tenemos a
alumnos que ni reaccionan, se dedican a recibir lecciones, no interactúan con
el profesor, tampoco entre ellos; entonces en mis clases procuro que sean ellos
lo que tengan el control. Trabajamos por proyectos pero me gusta, porque son
alumnos muy curiosos, cada dos o tres meses hacerles monográficos especiales,
por ejemplo ahora tenemos uno de Haloween que no será solo sobre la tradición
americana sino que vamos a buscar el origen, las raíces literarias que tienen
la mayoría de los disfraces. Si damos
una clase magistral, nos centramos en un tema manteniéndolos activos incluso en
las clases que se suponen más unidireccionales.
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