La familia, la
escuela, el instituto, los Centros de Formación Profesional… son ambientes en donde no sólo recibimos información e instrucción, sino que ademas son los lugares en donde recibimos la formación necesaria para convertirnos en ciudadanos, al menos
en una sociedad occidental como la que vivimos.
Esta definición que nos parece tan sencilla de conseguir,
sin embargo es una compleja actividad en la que se ponen en conexión muchos hilos. Este entramado de hilos podríamos visualizarlo si lo entendemos como una red, o malla de la que cada elemento del centro es uno de sus nudos o de sus puntos.
Si observamos una red muy grande y
la pusiéramos tensa, podríamos decir que si pulsamos uno de esos nudos se
movería toda la red. Tenemos la imagen. En esa malla nos encontramos cuando
estamos en la familia, o cuando estamos en la escuela. Si alguno de esos puntos se contrae, se
rompe o se mueve, hace que los otros hilos se tensen más, se deshagan o se
bamboleen.
Todo está conectado. Si nuestra
mente también lo está lo sentiremos funcionar, pero ¿quien nos prepara para que seamos
capaces de percibirlo?
Apenas si somos capaces de entender
como funcionan las relaciones familiares. Apenas si entendemos por qué el
profesorado es tan diferente en un mismo centro. Apenas si existen relaciones entre estos dos
importantísimos núcleos para la
formación del individuo.
¿Por qué las familias se sienten fuera del trabajo que realiza el tutor/a con sus hijos?
Cada familia y cada centro son mundos diferentes en los que, a menudo, es difícil establecer puentes y entender el entramado relacional. ¿Cómo nos podemos ocupar de estas relaciones? ¿Se podría mejorar esta situación?
Cada familia y cada centro son mundos diferentes en los que, a menudo, es difícil establecer puentes y entender el entramado relacional. ¿Cómo nos podemos ocupar de estas relaciones? ¿Se podría mejorar esta situación?
Esta tarde
hemos hablado de por qué hay profesores que se sienten mal dentro del centro, por
qué no hablan con los alumnos problemáticos, o con las familias.
La escucha y el respeto por el otro son necesarios, pero también los conocimientos que nos permitan entender qué es lo que está ocurriendo.
Para que nos ayuden a encontrar respuestas hemos contado con Antonia del
Castillo
Profesora de Biología del IES Cervantes de Sevilla. Directora del Aula La Montera.
Claudia Guzmán, coordinadora de Comunicación y Formación del Aula la Montera.
Antonia C. - "Desde
una visión sistémica, vemos que todo tiene relación. Todas las materias tienen
una determinada relación. La
Biología es la ciencia de la vida, y estudia los sistemas
vivos, los sistemas se rigen por unas leyes y esas leyes son las mismas que Bert
Hellinger en el fundamento de su filosofía habla de unos órdenes del amor que
en realidad son las leyes de los sistemas, de cómo funcionan los sistemas vivos. En un sistema familiar, todos los que
pertenecen a ese sistema tienen derecho a pertenecer a el. Pero con frecuencia
se da que el comportamiento no adecuado de un miembro de esa familia hace sentir que no pueda pertenecer y sin darse cuenta el resto de la familia excluye a
este miembro. Más adelante un miembro posterior
va a comportarse de forma que incluir a ese miembro que está excluido. Yo lo he
visto en las células que están formadas de moléculas y cada molécula tiene su
lugar y nos enseña que nadie está excluido".
Claudia. G. - "Hace
unos días fuimos a hablar con la tutora de mi hija porque no estábamos de
acuerdo con algo que hacía su tutora. Pensamos que esta profesora seguro que
está haciendo lo que cree mejor. Fui con esa creencia. Y cuando hablé con ella
me decía que "lo que vosotros digáis", podíamos decidir.
La pedagogía sistémica me ha aportado desde mi papel de madre, el poder mirar a la persona que se hace cargo de mis hijas por unas horas desde la perspectiva de pensar que esta persona hace lo que ella considera que es mejor. A veces podemos no estar de acuerdo en algo, pero podemos hablarlo y llegar a acuerdos".
La pedagogía sistémica me ha aportado desde mi papel de madre, el poder mirar a la persona que se hace cargo de mis hijas por unas horas desde la perspectiva de pensar que esta persona hace lo que ella considera que es mejor. A veces podemos no estar de acuerdo en algo, pero podemos hablarlo y llegar a acuerdos".
Después de escuchar a nuestras invitadas, sabemos que tenemos capacidades para resolver
problemas, pero tenemos que educar nuestra forma de mirarlos. No debemos anteponer un
pensamiento previo o la etiqueta que lleva puesta una persona conflictiva, sin antes desear conocer bien
donde tiene su origen el conflicto. Mirar con respeto y confianza a los demás puede
ayudarnos a mejorar la situación.