Aunque
tengamos una percepción de que es
natural y razonable que los niños y niñas disfruten de derechos a
la salud, a la educación, a la igualdad, a la alimentación, no por ello es una realidad. Y aunque es cierto de que a partir del la Promulgación de los
Derechos del niño, en muchos países se han redactado leyes que permiten la
protección del niño, también es cierto que no solo por estar redactados se cumplen.
En primer
lugar es necesario el compromiso político de las administraciones. Y en segundo
lugar hay que llevarlos a cabo, poniendo recursos suficientes para que éstos se hagan
posibles y denunciar los incumplimientos.
Las noticias nos
informan a menudo de los miles de niños que mueren desnutridos, por falta de vacunas, o por falta de agua
potable o que no tienen un centro escolar. Son situaciones injustas que vemos como muy a lo lejos, en países que no nos tocan de cerca, pero en la
sociedad española también ocurren casos graves de desnutrición, o de faltas de
vivienda para vivir y de asistencia a la escuela.
Los niños y niñas
son el futuro de esta sociedad, serán profesores, investigadores, artistas, especialistas, artesanos, y este congreso de Unicef nos abre la puerta al mundo que tenemos cercano. Los ayuntamientos de las ciudades y de los pueblos. Los del colegio
del barrio o los del barrio de al lado. Porque tenemos que encontrar la fórmula
para enfrentarnos a los desafíos que aun
tenemos por delante para que el cumplimiento de los derechos del niño llegue a
todos y todas.
I.
López - “A veces nos dicen “es que
vosotros no actuáis”. Nosotros (UNICEF)
actuamos en los países que necesitan de nuestra ayuda porque sus propios gobiernos
no cuidan de estas cuestiones. Nosotros no enviamos voluntarios, UNICEF,
que es una agencia de Naciones Unidas, se compromete a trabajar en los países en
desarrollo, países que necesitan una ayuda directa. En lo nuestro, UNICEF se
compromete a pincharles a los gobiernos que son los que legalmente tienen el
poder y la posibilidad de ayudarles a los niños. Nosotros pinchamos, y por eso tanto
pacto, tanta alianza, tanto movernos en estas cuestiones para decirles a los
ayuntamientos, y a los que mandan, que aquí nosotros no vamos a repartir comida,
que ya hay otras instituciones que si hace falta, lo hacen. Nosotros lo que
hacemos es instarle a los ayuntamientos a que defiendan los derechos de los
niños”
“Cuando los municipios vienen a
Unicef y les proponemos “¿Queréis haceros Ciudad Amiga de la Infancia ?” Eso es un
honor, porque no todos lo consiguen. Ellos tienen que comprometerse. Las medidas que ellos implementen para que eso ocurra así, depende
del municipio. Nosotros dejamos a que ellos mismos establezcan sus programas en
relación a las necesidades que tengan. En primer lugar hay que recoger las
necesidades de los niños y niñas en cada municipio y además, muy interesante es
que están aconsejados por los propios niños, porque en todos esos pueblos lo que hay es
un Consejo Infantil que da su opinión acerca de qué es lo que se tiene que
hacer en cada municipio y eso es muy importante. Y después llevarlo a cabo”.
Y en este reto ha entrado la ciudad de Sevilla últimamente. Deseemosle un camino largo y apretado de participaciones y decisiones.