Ni las leyes, ni los
comportamientos desterrables de algún profesor, ni las noticias sobre alumnado
acosado por diferentes campos, son capaces de cambiar las actitudes y el rumbo
de algunos centros, y de su profesorado.
Es fácil escuchar que es imposible
modificar una situación social, que no se puede luchar contra la indiferencia
de las familias, ni contra la pobreza de un barrio, ni contra un alumnado
desmotivado. Todos lo entendemos. Todos comprendemos la dificultad de querer
dar clase en un ambiente hostil y compadecemos a ese profesorado.
Pero también, nos produce una gran
admiración, cuando encontramos centros con un equipo docente que se encuentra
en el mismo meollo de todas estas situaciones indeseables… Con un gran espíritu
de transformación de esa realidad. Convencidos de que la educación es la única
que puede hacerlo.
No se suelen oír con frecuencia buenas noticias
relacionadas con la Educación aunque las haya de vez en cuando. Pero hoy,
Puerta Abierta se hace eco de una de esas buenas noticias:
Patricia Giménez Nacher,
Directora del IES Antonio Domínguez Ortiz
Eugenia Salas Venegas, profesora
de Pedagogía terapéutica
Carlos Cortes López, alumno
Juan Manuel Blanco, miembro del
Ampa
Y miembros de la Fundación Redes:
Andrés García Díaz
Pedro García Ballesteros
De sus aportaciones hacemos una
pequeña referencia:
P.García: Yo llevo catorce años.
El día que llegué fue terriblemente desastroso, porque vi las aulas vacías. En
un aula vi un alumno, vi dos en otra. La directora sin embargo, me
decía:"esto se va a cambiar, esto tiene solución" La verdad que no
fui con la idea de estar ni un año ni dos, pero reconozco que ahora mismo me
está costando marcharme.
E. Salas: Yo siempre digo que
aquí, por las características de todo el alumnado, todos los profesores
funcionamos como especialistas en Pedagogía Terapeútica, porque todos tienen
unas grandes necesidades, cuando no es por una desventaja sociocultural, puede
ser por discapacidad, así que todos tienen muchas necesidades.
Cuando yo llegué tuve la suerte de
conocer el barrio, porque tengo familia que vive allí y ya había
trabajado en otras asociaciones y no tuve ese choque a muchos profesores
les impacta. Me lo pusieron bastante fácil y entre todos a una
establecimos una metodología.
C. Cortés: Yo empecé (en este
centro) el año pasado a hacer bachillerato. Pensé que iba a ser un poco peor
de lo que ha sido. Viendo la situación que había, pero ha sido
estupendo. Los maestros no tienen nada que ver con los de otros centros.
Yo venía de un grado medio. Ya cuando acabe no estudio más, me voy. Ya
tengo el futuro planteado.
J.M. Blanco: Yo creo que el Ampa
debe de existir en todos los centros escolares, sobre todo en el Polígono Sur.
Es indispensable porque se hace
muchas cosas por la educación, por los niños y por los padres. Yo llevo un año
y medio, la nueva época del Ampa. Se está revitalizando y se está aceptando el
tema del Ampa. Merece la pena estar en el Ampa porque además tenemos aportes de
otro tipo. Por ejemplo, yo pertenezco a una asociación de agricultura ecológica
y nos han brindado allí un terreno para hacer allí unos huertos sociales para
personas que le haga falta, del propio colegio.
A mi hijo le ha cambiado el
estudio. Mi hijo iba a dejar los estudios, y se apuntó al (instituto) Domínguez
Ortiz y va como una flecha para sacarse la carrera. El siente orgullo de que su
padre esté en el Ampa y esté trabajando por las cosas del instituto, y a mí me
llena de orgullo que iba a dejar sus estudios después de una situación que tuvo
en otro instituto, y que haya retomado los estudios.
A. García: Existe un malestar
enorme en el profesorado, porque tiene la sensación de que la administración lo
ve como un mero número que se puede suprimir, mover de sitio, o incluso se le
pueden asignar funciones ajenas a su formación por la que accede a un sitio.
Todos los días, los profesores, con mejor o peor acierto tratan de hacerlo
lo mejor posible. A veces las cuestas son más empinadas y otras que son más
fáciles, pero yo me he encontrado con poquísimos compañeros y compañeras que no
hayan querido hacerlo lo mejor posible.
P. García: El premio Isabel
Álvarez tiene tres características que nos parecen fundamentales para darlo.
- Los premios se dan a trayectorias,
no a una experiencia o a un proyecto, algo efímero. La educación es un
tema a medio y a largo plazo y que por lo tanto exige constancia. Una
trayectoria de años comprometidos.
- Se conceden a personas o a instituciones que defienden la
educación pública. El término defender puede parecer algo falso. Defender
parece que es sobre algo que está hecho. La educación pública no está
hecha, hay que construirla. La educación pública debe de ser democrática,
solidaria y laica.
- Con independencia del poder. Según J. Antonio Marina el
poder tiene dos funciones dar miedo y otorgar premios y no los da
inocentemente. El IES Domínguez Ortiz ha tenido una trayectoria, la
defensa de la educación pública y también se ha tenido que enfrentar al poder
para poder seguir siendo instituto de bachillerato como lo es ahora.
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