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Mi "profe" de inglés






La profesión de maestro o de maestra parece que está reñida con el humor, con la diversión. Pensamos en la figura de un docente como alguien que se toma tan en serio su profesión que exige que el alumnado también esté quieto, callado, serio. Es la forma clásica de atraer la atención hacia la materia que se pretende enseñar.

Es cierto que para lograr la atención se necesita crear antes el ambiente adecuado, sin embargo para atraer la atención no siempre se necesita estar en silencio o quieto. Los payasos por ejemplo lo consiguen de una forma divertida.
Las clases de los niños pequeños son las mas difíciles de dar porque ellos no tienen desarrollado el autocontrol, y porque no entienden por qué deben de estarse quietos, cuando hasta que no han llegado a la escuela no han tenido necesidad de hacerlo.
Así con estos preámbulos nuestros oyentes pueden imaginar una clase con niños y niñas de tres años en las primeras semanas de curso, aturdidos, despistados, curiosos, tímidos, y algunos también disfrutando por todo lo que encuentran en esos nuevos espacios. Pero lo que ellos no se esperan es encontrarse con alguien que les habla de una forma que no entienden.
¿Cómo se puede plantear la enseñanza de una segunda lengua a niños y niñas que aun no dominan la suya? Esto es todo un reto, que se pretende conseguir en las clases de Educación infantil de los centros bilingües. Para ello, lo mejor será no estar serio, ni callado, ni quieto.

Hoy hemos tenido con nosotros para que nos lo explique a “el profe de inglés” de las clases de infantil del Colegio Santa Joaquina de Vedruna.

Nuestro invitado Antonio Hernández García. Maestro Educación Infantil, del Colegio Santa Joaquina de Vedruna de Sevilla y Licenciado en Arte Dramático nos ha dibujado su experiencia y el planteamiento pedagógico de sus clases de forma que mientras le escuchábamos estábamos imaginando las caritas de su pequeño alumnado cuando lo ven llegar, cantando o teatralizando un personaje.
Para estas edades, el segundo idioma debe partir del juego y  de la actividad pero sobre todo que sea relacional, que les sirva para hacer cosas, decir, contar, pronunciar, hablar o cantar.


A. Hernández: "Con los de tres años, empiezo con juego, juego y juego y termino con juego. Luego  empiezo con las marionetas y que se hagan a mí. Con cuatro años le meto más cositas y con cinco años todas las órdenes son en inglés. Para aprender lo más importante es la motivación, y que le des una utilidad. Procuro que en cada clase tengan que pintar, cantar, jugar, bailar, usar el libro para darle dinamismo a toda la clase y para atender a los gustos de todos los alumnos. Es importante que el maestro se sienta cómodo con lo que está haciendo, en mis clases lo paso genial".

El único fin de aprender un idioma debería ser que nos permita  hablar y comunicarnos. Y para ello se necesita un nuevo tipo de profesorado, que enseñe sin que para ello haya que estar quietos, serios  y callados. Un profesorado que les haga disfrutar de una nueva lengua de la misma forma que están aprendiendo la materna.


Quizás con la creación de centros bilingües aparezcan mas docentes que hagan de la segunda lengua otra forma de entenderse en las escuelas.

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