Este es nuestro nuevo libro: "Abriendo Puertas"

Este es uno de nuestros programas

Las Escuelas de Reggio Emilia



Hoy hemos querido dedicar nuestro programa a hablar de una forma de entender la educación, de una forma de hacer pedagogía en la que se considera que el proceso de desarrollo de los niños está directamente relacionado con la investigación del profesorado, un profesorado  que no actúa solo sino de forma colegial, un profesorado a la escucha de todo lo que los niños y niñas van demandando, es el caso de las escuelas de Reggio Emilia.
 Las escuelas de Reggio Emilia, surgieron a mediados del s. XX en Italia, de la mano de un maestro y pedagogo, Loris Malaguzzi, que dedicó su esfuerzo a la creación de un tipo de escuela diferente donde el niño/a fuera respetado/a y estimulado a crear utilizando cualquier forma de expresión.
          Estas escuelas, su filosofía y su trayectoria están hoy de actualidad por haber sido elegidas para ser candidatas a conseguir los premios Príncipe de Asturias. Sin duda un gran acierto porque valorar a la educación es creer en su potencial para transformar la sociedad, es creer en los docentes y es creer en las capacidades del ser humano.

         La Fundación Avanza y Howard Gadner han creído en todo esto y han firmado esta solicitud como reconocimiento a la influencia que desde hace cincuenta años tienen las escuelas de  Reggio Emilia en Italia sobre todos los educadores interesados en una enseñanza de calidad.
         Alberto Flaño, presidente de la Fundación Avanza ha compartido con todos nuestros oyentes el programa  que hemos dedicado a las escuelas de Reggio Emilia (Italia) ampliándonos los conocimientos sobre la persona de Loris Malaguzzi y de las características que imprimió en  sus escuelas.

         "La principal característica de estas escuelas es el dejar que el niño vaya a su ritmo. El atender las necesidades del niño. Los educadores se posicionan en una parte de facilitarle al niño lo que el niño quiere ir descubriendo más que obligarlo por un camino para conseguir ciertos logros. 
Ese respeto a los tiempos del niño, de cuando verdaderamente se le despierta la curiosidad y no procurar forzarle a seguir cierta ruta.
         Confiamos poco en el potencial de los niños. Yo siempre he pensado que los niños son curiosos y quieren aprender. Todos los cachorros de las especies de animales es igual, no hace falta que nadie les fuerce a nada. Su instinto natural es aprender.
         Otra característica de estas escuelas es que se hacen a primera hora una Asamblea. Se habla de las cosas que los niños traen de sus casas y a partir de ahí se empieza a construir el conocimiento. Los niños aprenden a escuchar a los demás y aprenden que hay otras realidades y que pueden ser tan interesantes o más que las suyas". 

         Los niños y niñas crean y es a través de sus propias creaciones donde se producen sus aprendizajes.

Loris Malaguzzi nos habla de cómo entiende a los niños en este texto:

"Cien lenguajes de los niños y niñas" 

El niño está hecho de cien
El niño tiene cien lenguas, cien manos, cien pensamientos, cien maneras de pensar, de jugar y de hablar.
Cien, siempre cien maneras de escuchar, de sorprenderse, de amar, cien alegrías para cantar y entender.
Cien mundos que descubrir, cien mundos que inventar, cien mundos que soñar.
El niño tiene cien lenguas  (y además cien, cien y cien) pero se le roban noventa y nueve.
La escuela y la cultura le separan la cabeza del cuerpo.
Le hablan de pensar sin manos, de actuar sin cabeza, de escuchar y no hablar, de entender sin  alegría, de amar y sorprenderse solo en Pascua y en Navidad.
Le hablan de descubrir el mundo que ya existe y de cien maneras le roban noventa y nueve.
Le dicen que el juego y el trabajo, la realidad y la fantasía, la ciencia y la imaginación, el cielo y la tierra, la razón y el sueño, son cosas que no van juntas.
Le dicen en suma que el cien no existe

Y el niño dice: En cambio el cien existe.

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