En nuestro compromiso
permanente con la educación, hoy hemos tratado de conocer mejor a un
colectivo que tiene una relación muy directa con todos los centros educativos
pero cuya presencia en ellos puede oscilar entre ser esperada y por lo tanto
bien recibida a resultar un poco incómoda.
Nos referimos a la figura de los y las
inspectoras de educación.
Aunque
la Inspección de la Enseñanza nace en España a mediados del siglo XIX, su
profesionalización se debe a la Ley de Educación de 1970. Posteriormente las
sucesivas leyes de Educación, LOGSE, LOPEG, LOCE, Y LOE han ido
definiendo las nuevas funciones de este cuerpo de funcionarios de forma que
atienda realmente a las necesidades de la administración educativa y a una
enseñanza actualizada.
Una
de las funciones de los inspectores es la de velar por el cumplimiento en los
centros educativos de las leyes, reglamentos y demás disposiciones que afecten
al sistema educativo, lo cual les hace ocupar un papel de controladores no
siempre bien entendido o valorado.
En
los centros esperan que el inspector/a que les corresponde no pretenda que se
cumplan las leyes y normativas de forma autómata y mecánica, ni que se presente
como un super director, perteneciente a otro status, sino como un funcionario
cercano a los centros, a las características del profesorado y a la realidad
del entorno. Que su objetivo sea hacer cumplir la ley pero también hacerla
asequible y compatible con las ideas innovadoras.
Entonces
será más evidente que, quieren compartir con todos y todas las
docentes una vocación, la vocación por la mejora del servicio educativo.
Esta
tarde nos han acompañado en Puerta Abierta:
- Encarnación Cazalilla
Gómez, Maestra en la especialidad de Inglés y licenciada en
Filología y perteneciente a la última promoción de inspectores e
inspectoras que se han incorporado por oposición.
- José María Pérez Jiménez, Orientador
de Instituto de Educación Secundaria durante ocho años y Vicedirector. Se
incorporó por oposición a la
Inspección Educativa de Sevilla en 2003.
- Pedro García Ballesteros, Inspector, licenciado
en Geografía e Historia y cofundador de la Asociación Redes que agrupa a
profesionales del mundo de la Educación desde Infantil a la Universidad.
E. Cazalilla: "Por un lado está la vertiente
normativa. Por un lado nuestro trabajo nos viene planificado a través de unas
instrucciones de Viceconsejería, que nos dice qué es lo que hay que hacer en
cada centro. Pero al llegar a un centro y te enfrentas a lo que hay que hacer,
hay muchas maneras de abordarlo. Dentro de que tenemos que evaluar y
supervisar si lo que se está haciendo en ese centro es acorde con la
normativa y si no, orientar para que se trate de hacer en la parte más legal,
Pero luego hay otra faceta que es mover en los centros procesos de mejora, que
siempre es necesario motivar al profesorado; eso es lo difícil aprender".
J. M. Pérez: " Existe un gran
desconocimiento sobre nuestro trabajo. Se sigue teniendo una visión antigua del
trabajo de la inspección. La inspección debe ser una garantía de un servicio
público. Debemos ser garantes de la prestación de un servicio en un ámbito democrático.
Debemos dar fe de que las cosas ocurren de la manera adecuada y como
complemento colaborar a que las cosas ocurran de manera adecuada.
La manera adecuada tiene dos vertientes, el marco
normativo por el que nos debemos regir por ser garantes de un servicio y el
marco técnico, profesional".
P. García: "La asociación surge en el 96-97
y surge por conflictos que originan que distintos profesionales inspectores
como también maestros y profesores decidieran en un principio tener un
paraguas para tener voz pública y poderse defender. Surge una asociación muy
diversa en el sentido de transversal y eso le da una identidad de intento de
romper aislamiento, donde suele trabajar tanto el profesor como el
inspector en muchas ocasiones, para plantear que hay problemas compartidos que
necesitan voces compartidas, y que hay lógicas en el funcionamiento diverso, la
lógica del inspector,
la del profesor o la del maestro. Ese romper
aislamiento fue unas de las características desde el principio.
Redes ha tenido un fuerte carácter crítico con la
política educativa de turno, la que toque. No porque la ejerza tal partido o
tal persona, sino por los contenidos de esa política. Ese carácter crítico
intenta ser reflexivo, y por lo tanto generar buenas prácticas, ser foro y
portavoz de buenas prácticas, y que lo hemos concretado en un premio que
creamos en el 2007 que es el Premio Isabel Álvarez al Compromiso con la
Educación para personas o instituciones con un largo el recorrido en el
compromiso por una educación democrática, igualitaria y comprometida".
Sus intervenciones han
sido muy interesantes y entre otros nos han explicado algunos de los
aspectos más conflictivos de su profesión en esa posición de bisagra entre la
administración y los centros y también nos han hecho un acercamiento
a esta profesión lo cual ha servido para que todos nuestros
nuestros oyentes puedan situar mejor su figura dentro del campo educativo.